La personalidad del terruño se refleja en este vino. Para su elaboración se seleccionan las uvas de las seis variedades de uva blanca autóctonas de la zona: Loureira, Caiño Blanco, Godello, Treixadura, Torrontés y Albariño. Las viñas están plantadas en terrazas en suaves pendientes del Valle del Avia con un clima de carácter atlántico y húmedo.
Las uvas enteras realizan una ligera maceración en frío tras la cual se realiza un leve prensado. Después de un desfangado estático, el mosto realiza una fermentación a baja temperatura en depósitos de acero inoxidable donde reposará unos meses para estabilizar el vino. El vino se embotella a principios de verano y se deja reposar un breve tiempo antes de salir al mercado.