Una vez lavada en salmuera templada y meticulosamente limpiada, se somete a un baño de vapor con el objeto de que adquiera la dureza apropiada y no se rompa. A continuación, se colocan manualmente en la lata y para conservar su sabor y textura se utiliza como líquido de cobertura un aceite de oliva de la mejor calidad y guindilla, para darle un ligero toque picante.
La pequeña conservera de Los Peperetes está concebida con un carácter profundamente familiar. La familia Lorenzo Paz gestiona todo el proceso de producción y comercialización.
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